FIN.

El fin del mundo se vive en carne propia, cuando te detienes a observar y te das cuenta que nuestro entorno cada vez está cambiando. Hay más edificios metálicos que árboles, más smog, más polvo, menos vida y muchos humanos que no toman conciencia y siguen y siguen construyendo en donde antes hubo tanda diversidad natural. El fin del mundo se vive lento cuando el sol quema mucho por las mañanas y las personas se masacran las unas con las otras, cuando gobernadores, políticos, presidentes cometen barbaries en contra de la humanidad, el fin del mundo se vive tan cerca cuando el televisor crea estereotipos y la sociedad la siguen haciéndose indiferentes los unos con los otros, se vive tan pero tan cerca cuando miras a niños de escasos recursos vendiendo rosas o a madres postradas en la calle pidiendo limosna.
EL FIN ABSOLUTO DEL MUNDO SERÁ CUANDO ACABEMOS CON TODO y ESTE PLANETA QUIERA DESCANSAR.

PICHONES.

Salí de mi casa apresurado, eran las 8:53am y se me hacia tarde para ir a la escuela, había tráfico, pero al voltear mi cabeza hacia la derecha observe que había un taxi desocupado, decidí tomarlo, subí en el  y espere con ansias que la fila de coches avanzara, poco a poco comenzamos a movernos, a mi costado pasaban padres con sus hijos a dejarlos a la guardería, algunos niños lloraban y otros conversaban con sus padres en el idioma que uno habla cuando es bebé, del otro lado observaba a los trabajadores de las flores que acarreaban flores a su negocio bajándolas de una camioneta, uno las aventaba y otro las atrapaba  para acomodarlas en el local, autos pitaban y eso comenzó a desesperarme. -¿Que acaso no comprenderá aquel conductor que con pitar no avanzaran más rápido los coches?, ¿Acaso su pitido tendrá una clase de fuerza magnética para mover los coches a su antojo y así lograr pasar más rápido? No es obvio que no, imbéciles,  solo contaminan el sonido pensé. Los pitidos de los coches se hacían cada vez más resonantes, la fila avanzaba pero muy lento, el taxista que me acompañaba estaba apunto de tocar el claxon, pero el semáforo dio luz roja enfrente de nosotros, justamente tenia una vista en la cual podía apreciar el movimiento de los mercaderes y marchantas, era interesante verlos acarreando frutas, verduras, hierbas o tierra para vender. De pronto una masa de cosas negras y blancas comienzan a moverse y volteo mi mirada hacia arriba de las tejas del mercado de San José, eran pichones, revoloteaban pero no volaban estaban en circulo, pasaron quizás 15 segundos cuando emprendieron el viaje hacia el lado trasero del mercado, volaron juntos, pero un pichón no voló, se quedo ahí, mas que revolotear parecía que se convulsionaba, comenzó a perder el equilibrio y rodó entre las tejas hasta llegar al final de ellas y caer al suelo, fue una altura muy grande de donde cayó, a un humano le costaría la vida y este al ser un ser mas pequeño seguro que murió al chocar con el piso, aquella escena memorable para mi me dejo impactado, nadie más lo noto, ni los mercaderes, cargadores, marchantas, la gente que pasaba, estaba casi seguro de que no lo notaron, -la muerte de otro ser vivo es de menos importancia para el hombre pensé, si hubiera sido un albañil ya hubieran actuado demasiado rápido, pero que es para el hombre una pichón en estos tiempos, nada, ¿Los pichones se habrían despedido de él? o ¿ellos mismos causaron su muerte?  no lo sé y tal vez no lo sepa, me hubiera encantado tener una cámara y grabar ese hecho memorable, la muerte de otro ser vivo cayendo desde una gran altura y la despedida o quizás el crimen que cometieron los otros pichones. 

La luz.

Nos veíamos juntos luchando por una causa, emocionados y expulsando nuestras inconformidades gritando consignas, sabíamos bien que todos los presentes sentíamos las mismas cosas, nos unía el sentimiento y el pensar que en nuestra casa las reglas podían cambiar, un mejor hogar para todos un espacio más justo, libre, soberano.

Parecía un sueño ver a tanta multitud congregada, tantas pancartas que contenían escritos personales que para sus autores  significaba mucho compartirlo a los demás, nuestro grito de guerra se escuchaba a lo lejos, pitidos o aplausos se unían a nuestras porras, eramos la luz de las personas que aun estaban cegadas por la oscuridad. 

Me alegra a ver estado ahí, alzando el puño en alto junto con otros puños firmes a la lucha, pasamos a la historia y la historia nos recordara, mi pueblo por algunos días brillo en todos su esplendor y volverá a iluminar.

DESAPARECIDOS.

Camino en aquella ciudad en la que el crimen no había golpeado tanto, trato de cruzar una calle pero un taxista me avienta su coche y tengo que retroceder para que no me arrolle,  vaya, antes la gente era más cortes antes los conductores te daban el paso. Por fin doy paso y cruzo la calle, camino una bajada y enfrente en una cafetería una pareja de novios discuten,  él la doblega a ella, claro esta, se ve en el rostro de ella, su sufrir, ¿Por que no se entenderán? ¿Por que siguen juntos si sufren? Vaya que difícil es encontrar una pareja que te pueda amar sin juicios. Sigo caminando y llego a la esquina de aquella bajada, observo una caseta de teléfono publico algo de ella me llama la atención y me acerco,  leo las letras grandes de aquella fotocopia; DESAPARECIDA, bajo la mirada y veo aquel rostro femenino que sonríe, claro esta que la chica jamas pensó que esa fotografía que se tomo en algún tiempo, la utilizarían para dar con su paradero, es por eso que produce gran impresión en mi verla. ¿Que carajo esta pasando? No es la primera vez que veo fotocopias pegadas con el mismo fin, encontrar al ser querido, hay más, hay  muchas más personas que salen de sus casas para no volver por un tiempo o tal vez nunca. Que horrible es ver como la gente de la calle ignora esos anuncios, ¿les dará lo mismo?  

Sigo mi camino y muchas imágenes se hacen presentes en mi cabeza, ¿Como se sentirá que te que rapten? ¿En que momento empiezas a perder la cordura? ¿Hasta cuantos gritos tus pulmones y garganta estarán dispuestas a acatar? El mutilamiento, la muerte provocada, lo deshumanizado que esas personas están siendo en todos esos momentos. Los ojos hinchados de tanto suplicar que la pesadilla acabe, el desgarre familiar que arde y duele seguramente. Así van cayendo personas de todo el mundo, se pierden, se van, desaparecen y no es normal no deberíamos aceptar vivir así, la apatía nos condena a vivir en un lugar...  que no es justo. 

Piso fuertemente un charco de agua y eso me hace despertar de todas aquellas imágenes formadas por aquella fotocopia, prosigo mi caminata pero sentimientos se quedan registrados. 

Sueña aquel sueño que en tus sueños anhelabas.