Salí de mi casa apresurado, eran las 8:53am y se me hacia tarde para ir a la escuela, había tráfico, pero al voltear mi cabeza hacia la derecha observe que había un taxi desocupado, decidí tomarlo, subí en el y espere con ansias que la fila de coches avanzara, poco a poco comenzamos a movernos, a mi costado pasaban padres con sus hijos a dejarlos a la guardería, algunos niños lloraban y otros conversaban con sus padres en el idioma que uno habla cuando es bebé, del otro lado observaba a los trabajadores de las flores que acarreaban flores a su negocio bajándolas de una camioneta, uno las aventaba y otro las atrapaba para acomodarlas en el local, autos pitaban y eso comenzó a desesperarme. -¿Que acaso no comprenderá aquel conductor que con pitar no avanzaran más rápido los coches?, ¿Acaso su pitido tendrá una clase de fuerza magnética para mover los coches a su antojo y así lograr pasar más rápido? No es obvio que no, imbéciles, solo contaminan el sonido pensé. Los pitidos de los coches se hacían cada vez más resonantes, la fila avanzaba pero muy lento, el taxista que me acompañaba estaba apunto de tocar el claxon, pero el semáforo dio luz roja enfrente de nosotros, justamente tenia una vista en la cual podía apreciar el movimiento de los mercaderes y marchantas, era interesante verlos acarreando frutas, verduras, hierbas o tierra para vender. De pronto una masa de cosas negras y blancas comienzan a moverse y volteo mi mirada hacia arriba de las tejas del mercado de San José, eran pichones, revoloteaban pero no volaban estaban en circulo, pasaron quizás 15 segundos cuando emprendieron el viaje hacia el lado trasero del mercado, volaron juntos, pero un pichón no voló, se quedo ahí, mas que revolotear parecía que se convulsionaba, comenzó a perder el equilibrio y rodó entre las tejas hasta llegar al final de ellas y caer al suelo, fue una altura muy grande de donde cayó, a un humano le costaría la vida y este al ser un ser mas pequeño seguro que murió al chocar con el piso, aquella escena memorable para mi me dejo impactado, nadie más lo noto, ni los mercaderes, cargadores, marchantas, la gente que pasaba, estaba casi seguro de que no lo notaron, -la muerte de otro ser vivo es de menos importancia para el hombre pensé, si hubiera sido un albañil ya hubieran actuado demasiado rápido, pero que es para el hombre una pichón en estos tiempos, nada, ¿Los pichones se habrían despedido de él? o ¿ellos mismos causaron su muerte? no lo sé y tal vez no lo sepa, me hubiera encantado tener una cámara y grabar ese hecho memorable, la muerte de otro ser vivo cayendo desde una gran altura y la despedida o quizás el crimen que cometieron los otros pichones.
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